jueves, 16 de junio de 2011

DICKINSON DIXIT: Gregory Bateson vs. Carlos Castaneda


Don Juan Matus

Gregory Bateson
Ciudad de La Plata, un atardecer de julio de 2000. El Dr. Dickinson accede a exponer en las oficinas de Stalker algunas consideraciones acerca de la conciencia humana. El resto del equipo aprovecha para hacerle, de paso, todo tipo de consultas personales. Estas son partes de la desgrabación de dicho encuentro:

“...Gregory Bateson insiste en los dos conceptos: en el concepto del sistema, en el sentido de que el chico existe porque hay un grande, sino no podría existir, y a esto le llama estructura sistémica, que a su vez va acompañada del concepto previo de que la observación de un hecho modifica ese hecho. Solamente el hecho de observarlo lo hace distinto, lo condiciona. Como cuando uno mira a su perro, el perro no va a actuar como actuaría un perro normalmente sino que va a actuar como un perro al que lo están mirando.”
Chicho: -Pero un perro es un perro y una cosa es una cosa...
“Las cosas son dinámicas, diría Bateson. Y fijate, te voy a dar un ejemplo que va a poner a prueba tu inteligencia: un tren sale de La Plata a Buenos Aires cada hora; con igual frecuencia, sale un tren de Buenos Aires hacia La Plata; el trayecto dura seis horas. Yo tomo un tren en La Plata, ¿con cuántos trenes me cruzo en el viaje?”
Chicho: -El trayecto dura seis horas...
“Exacto”
Chicho: -Vos salís en un tren, y vuelven uno cada hora. O sea que a la primer hora te cruzás con uno, a la segunda hora te cruzás con otro...
“Esa reflexión hacela vos. Yo lo que te pregunto...”
Gabriel: -No, cada media hora te cruzás con uno. Menos de media hora...
Lucas: -Siempre y cuando haya corriente eléctrica.
“El concepto, es dinámico. Es decir, si vos pensás las cosas quietas, me vas a decir incluso, con seis, si sale uno por hora. Pero como van en marcha, te cruzás con doce. Y éste es el concepto que no tuviste en cuenta cuando dijiste “él mira una cosa”. No, las cosas están en movimiento permanentemente por más que sean cosas. Y si no lo concebís en esos términos... diría Gregory Bateson, no entendés nada.”
Gabriel: -Si no lo considerás en esos términos, dedicate a la poesía.
“Sí, pero no pretendas medir nada. Porque vas a medir la altura con un termómetro y vas a tomar la temperatura con un metro. Y así no se puede. Para eso, dejá estos instrumentos y dedicate a escribir.”
Gabriel: -Y suscribite al intenciómetro* que vale...
“Te vendo uno que vale ciento cincuenta pesos. Un regalo”
Chcho: -Bueno.
“Además que sólo mide las intenciones. Hay intenciómetros que por ahí mienten un poco. Si son más pesados te dan más, y así. Éste no. Solamente mide las intenciones. ¿Querés uno?”
Chicho: -Sí, sí.
“Ciento cincuenta, sale.”
Chicho: -Bueno, vos dameló y después vemos cómo te pago.
Gabriel: -Mirá que se va a dar cuenta de la intención que tenés de pagar.
“No, pero es que es cierto. Cuando uno vende intenciómetros, toma poder, porque el intenciómetro enseguida delata. Si me vas a pagar, o te estás haciendo el vivo como ahora.”
Chicho: -No, ahora no lo quiero. Yo te decía que sí por compromiso, para darte el gusto.
“Tengo un intenciómetro que me está delatando exactamente qué es lo que vos querés. Y me dice ‘No, Chicho se lleva el intenciómetro y luego no lo paga’. No contabas con eso.”

* “Intenciómetro” es un artefacto imaginario utilizado por el Dr. Dickinson para -tal lo define su propio nombre- medir la intención de las distintas subjetividades en acción.

*          *          *
“Y lo dejaste encendido” dijo Dickinson, refiriéndose al grabador.
Gabriel: -Y, quería tener grabado algo de cuando hablás de Bateson, ya que decís que nunca hablás de él...
“Siempre, no, ¡eh, cómo no! Si ha condicionado absolutamente mi manera de pensar. Creo que fue el último atisbo que he tenido de revelación, cuando lo conocí a Gregory Bateson. Absolutamente. Me parece que es verdaderamente una forma distinta, que te tenés que soltar del pasamanos, librarte un poco a tu suerte y lograr agarrarte de otro, distinto. Sinceramente, eso es, me da esa impresión. Él insiste en los términos que el pensamiento...”
Gabriel: -Lo que pasa es que salió de California en la época que tomaban mucho ácido.
“Bueno, hay muchos autores que dicen... ¿sabés quién es Don Juan, el de Castaneda, sabés quién es? ¿Querés que te lo diga? Alguien que vive encerrado en un departamento y jamás vio la luz. Algunos insisten con este concepto.”
Gabriel: -Es un disparate, eso.
“Que alguien fue –pero no a Méeexico, eh; fue a un departamento en New York. Y se encontró con una persona que le reveló un montón de cosas.”
Gabriel: -¡Pero eso es insostenible!
“¿Por?”
Gabriel: -Porque sí.
“Hay un libro que se llama ‘Cambio’, es un libro escrito por un psiquiatra yanqui, Steve de Shazer, es un instructor de médicos residentes de psiquiatría en el Hospital de la Universidad de Oxford. Tiene impresos unos cuatro o cinco libros, que son libros que se encuadran dentro de en lo que en psiquiatría se llama ‘terapia sistémica’, que toma como fundamento a Erickson... ¿lo conocés?”
Gabriel: -No sé. ¿Fabrica teléfonos?
“Erickson era un viejo médico que hacía terapias no psicofarmacológicas. Por ejemplo, te cuento una anécdota: uno de sus pacientes es un borracho, ex combatiente de Viet Nam. Entonces el tipo va y le dice ‘yo vengo porque soy un borracho, estoy perdido’ y paralelamente empieza a mostrar fotos, recortes de diario, todos elementos que dan constancia que él es un ex soldado. Entonces Erickson agarra todo lo que él le da, lo rompe todo y lo tira a la basura y le dice ‘ahora andá, y brindá, ¿a ver?’ y el tipo, no tomó más. Implementaba...”
Gabriel: -Se suicidó.
“...implementaba terapias que tenían que ver con la vida de la persona e ingresaba a su sistema de vida, rompiendo acá o rompiendo allá, o juntando eslabones o soltándolos, en esa cadena, que él diría ‘¿es el huevo o la gallina?’ cuando hay un problema cualquiera. ¿Es el huevo o la gallina? Nadie lo sabe. Lo único que sabemos es: no queremos algún huevo, cortamos antes del huevo o antes de la gallina.”
Gabriel: -Yo creo que por ahí hay un montón de gente que más o menos se maneja con un cierto grado de lo que se puede suponer “sanidad mental” y eso lo hace espontáneamente.
“Claro. Es lo mismo que sucede con Bateson. ‘Nadie necesita que yo le enseñe nada’ diría él si estuviese aquí.”
Gabriel: Lo mismo decía Don Juan, pero estaba en México, eh.
“En el Libro ‘Cambio’, Steve de Shazer –iba a decir eso y me fui al carajo, después- lo único que hace es tomar las Enseñanzas de Don Juan ¡párrafo por párrafo! (risas). Obsesivamente lo desmenuza y te demuestra... no es que te lo demuestre, sino que te deja muy claro el concepto de que están muy cercanos, Gregory Bateson y Castaneda. Que Don Juan es un personaje que bien podría haber sido Gregory Bateson. Y muchos insisten en que él toma los conceptos de Bateson y gracias a eso, logra Castaneda una forma de pensar...”
Gabriel: -Pero esto es novela.
“Igual, pero ¿por qué se sienten atraídos sus lectores? ¿Por qué? ¿Por la novela, precisamente?”
Gabriel: No, yo creo que se sienten atraídos porque tiene penetración metafísica, y no porque tiene penetración psiquiátrica.
“No, no psiquiátrica. No es psiquiátrica, es una forma de pensar.”
Gabriel: -Claro, pero una cosa es por ahí la sistematización que tiene la ciencia y otra cosa es el pensamiento mágico.
“Si Gregory Bateson estuviera acá diría: ‘la causa y el efecto que fue la forma de pensar la ciencia, está equivocada. Está equivocada. Te fuiste al carajo.’ No es porque el avión tiene hélice que vuela. También porque tiene alas, una estructura, una forma, etc. Son ‘sistemas’. Entonces si vos pensás en causa y en efecto, ya estás partiendo de un punto equivocado.”
Gabriel: -Tiene que ver con la idea de Heráclito, de que todo está en constante movimiento.
“Bueno, el ejemplo del tren tenía que ver con tratar de generar ese concepto, de que todo siempre está en movimiento. Por más que sea un objeto. Entonces no me digas ‘esto es una piedra’, porque la misma piedra que es hoy mañana es distinta, porque pasó el tiempo; porque yo crecí y la veo de otra forma. Y la piedra a su vez cambió.”
Gabriel: -Pero y respecto de sí, ¿qué pasa con la piedra? No es conciente de esos cambios.
“No importa, no importa, Yo lo que digo es que la forma de observarlo...”
Gabriel: -¿Vos no creés que un paisaje puede estar vivo, por ejemplo? Un paisaje en el desierto... Castaneda vuelve obsesivamente al desierto; el desierto de noche es una cosa que parece... por lo menos ahí en Sonora, dice la gente que va que el desierto de noche es una cosa este... qué se yo... mágica, de alguna manera. Como que ‘el lugar’ está vivo, que el lugar tiene un sentimiento y una determinación, digamos.
“¿Como que es un ser vivo y por lo tanto ser dinámico, y tener movimiento?”
Gabriel: -No sé, por qué.
“Bueno, pareciera que el desierto... yo no sé, no lo conozco; si bien ahora que lo decís puede ser, nunca había prestado atención a ese aspecto de cómo vuelve a los desiertos.”
Gabriel: -Por ejemplo, desde un punto de vista de experiencia de sistema, vos te tomás un ácido y te vas a 7 y 50, o te tomás un ácido y te vas... que sé yo, a Punta Indio. Evidentemente, son lugares que se puede decir que tienen espíritu distinto, por mas que sean lugares.
“Bueno, pero esos son condicionantes que...”
Gabriel: -Pero todo eso es relativo a la siquis del percipiente. Yo estoy preguntando si en esos lugares no hay una siquis propia.
“No. Gregory Bateson diría que no.”
Chicho: -Don Juan diría que sí.
“Pero fijate, te doy este ejemplo: Watzlawick, que es un seguidor de Bateson, en uno de sus libros, empieza con un ejemplo, diciendo que un grupo de experimentadores, consigue una sustancia que pone agresivos a los seres vivientes. Para probarla se la dan a unos monos, y en ese grupo de monos...”
Chicho: -¿Es cierto eso?
“-sí es cierto-, ...donde habitualmente había jerarquías, el mono al que se le suministraba esta sustancia...”
Gabriel: -¿Desafiaba al poder?
“...siempre el mono agredía desde su nivel jerárquico hacia abajo. Con lo cual demuestra él, y tiene esta intención y por eso lo cuenta, que lo importante es el sistema en donde eso sucede, y no lo que sucede. Lo que sucede es producto de una droga, pero se maneja en este sistema, entonces agrede desde su nivel jerárquico hacia abajo. Nunca hacia arriba. Jamás. Una experiencia hecha y revisada infinidad de veces.”
Chicho: -Pobres monos...
“’Tamos hablando de otra cosa. No me vengas ahora...”
Gabriel: -Pobres monos, en serio.
“Los monos, luego, se decían: ‘Mirá como tengo condicionado a este experimentador que cada vez que reacciono para abajo, él escribe y se lo cree.”
Chicho: -Tá bien, bárbaro.
Gabriel: -Eso lo inventaste vos.
“Sí, la última parte es mía. Watzlawick no dice eso. La cuestión es que todo depende de desde donde lo mires, y que cuando vos estás mirando la experiencia estás modificándola.”
Gabriel: -¿Por qué no creés que un sitio tiene un determinado espíritu? ¿O que el planeta mismo tiene un espíritu? ¿Que el planeta tierra puede ser pensado como un sistema orgánico viviente?
“Pero así tenemos que pensarlo, la ley de la ecología. Pasos hacia una ecología de la mente...
Gabriel: -Ya me lo prestaste, ese libro.
“Bueno, ¿pero entonces? Obviamente, lo que decís es así. Sí.”
Chicho: -La ciencia utiliza sus propios términos, y espíritu y sistema son dos cosas opuestas, tal vez.
“Espíritu no existe. Cuando metés la palabra espíritu en esta conversación yo debo decir ‘no sé de qué estás hablando’ (risas). En serio.”